La sociedad vasca esta acostumbrada a que la atención de las personas mayores sea un trabajo de 24 horas, 365 días al año, muy barato y que la mujer que lo realiza no sea considerada una trabajadora sino un objteto de uso, sin necesidades ni vida propia. Por otra parte las políticas públicas entienden que su red de servicios públicos de cuidados y por consiguiente su “responsabilidad funcional” alcanza a las residencias de ancianos, centros de día y los servicios de ayuda a domicilio por horas, desentendiéndose de las miles de contrataciones que se hacen para cuidados en régimen de interna, bajo contratos de trabajo de hogar, que avalan en muchos casos las propias ayudas para la atención de personas dependientes que otorga la administración.
Desde la Asociación Malen Etxea, de mujeres inmigrantes dedicamos un año a la reflexión interna sobre la función social del trabajo de las mujeres inmigrantes realizado en el País Vasco, en particular en Gipuzkoa, llegando a la conclusión primera de que existe una contradicción política en el planteamiento de una sociedad en igualdad y equidad, y no tener en cuenta la situación de miles de mujeres que trabajan en condiciones de servidumbre, privadas de la libertad y al servicio full time del empleador, con salarios de miseria que solo se justifican desde la convicción intima y aceptada como norma social que hay personas que por su clase y su origen tienen una función que cumplir.
EL Informe Transformar la Realidad: derechos iguales para todas, realizado por Silvia Carrizo recoge al reflexión de la asociación Malen Etexea y es una invitación a abrir el debate a todos los sectores politicos y sociales de Euskal Herria, porque no se puede pensar en ser el territorio europeo de la igualdad sin atender la realidad de las mujeres inmigrantes en el servicio de cuidados .
