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«El consentimiento es la otra cara de la violencia sexual»

La línea entre el consentimiento y la violencia sexual es muy estrecha, por no decir que nula entre estos conceptos.Lo cual genera un debate amplio sobre la libertad y el capitalismo, los derechos y las decisiones, aspectos que tenemos que tener muy claros para poder determinar la situación en la que estamos y no permitir que seamos víctimas de los sistemas capitalistas y patriarcal que dominan los cuerpos de las mujeres a través de mercados que cada día se van normalizando, aún cuando se comercializa la imagen y a la mujer como sujetas de pertenencia.

En sí, la violencia sexual es la invalidación de la palabra de la mujer, por ello es importante el debate sobre le consentimiento y las libertad de la mujer y su ejercicio en su día a día.

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Rosa Cobos, investigadora y escritora feminista. Profesora titular de Sociología del Género en la Universidad de La Coruña y directora del Centro de Estudios de Género y Feministas, durante su cátedra en diciembre de este año nos explicó que «La sexualización siempre es mercantilización del cuerpo como propiedad, se ha transformado en una mercancía, en un capital sexual. Para poder comprender todo el debate que hay sobre consentimiento sexual es muy importante ver los hilos que vinculan el consentimiento contractual y el consentimiento sexual.El consentimiento contractual se funda en la voluntad y autonomía del sujeto, es importante entender como esa lógica contractual tiene un origen patriarcal y capitalista porque esta fundada en la idea del sujeto como propietario de propiedades, fortunas o bienes o su propio cuerpo».

Esto nos da una clara señal que la libertad esta ligada al consumo y esto hace los individuos tengan unos niveles elevados de la libertad, lo cual te lleva a encaminarse a que «El consentimiento es la otra cara de la violencia sexual».

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Cobos resaltó que «El consentimiento sexual es una ficción para la mayoría de las mujeres del mundo porque no tiene herramientas, ni fuerzas para decir que sí, tampoco tienen fuerzas para decir que no», y aunque la mujer tenga las mejores condiciones en su entorno, esto no garantiza que sea 100% libre de ejercer la libertad sexual desde el punto de vista de que haya deseo.

Durante la tercera clase del curso Mujeres Migradas, prevención y actuación frente a la violencia sexual, impulsado por Malen Etxea, con el apoyo de Haurralde Fundazioa y Por Ti Mujer, con el financiamiento de Fondos de Mujeres Calala y la Unión Europea, donde participaron más de diez mujeres migradas, interactuaron con dudas y reflexiones durante el encuentro.